jueves, 30 de marzo de 2023

Infiesto (Asturias)

Infiesto es la principal villa y la capital del municipio de Piloña. No fue parroquia hasta 1892, cuando se separó de la de San Juan para formar la de San Antonio.

Ayuntamiento





Río Piloña
El río Piloña, también llamado río grande, es un corto río que discurre por la zona centrooriental del Principado de Asturias, el principal afluente del río Sella.



Iglesia de San Antonio de Padua

La casa del tiempo

Iglesia Románica de San Juan de Berbío

Perteneció al monasterio fundado posiblemente por Alfonso V en el año 1005 y donado por la Infanta doña Urraca al abad y convento de San Pedro de Eslonza de León en el año 1099.
Sufrió sucesivas reformas en los siglos XV-XVI, siendo la más importante la del siglo XVIII, que configuró su estructura actual con cabecera cuadrada y pórtico perimetral.
De su primitiva fábrica románica conserva la configuración de la planta, la portada occidental de doble arquivolta y los arcos y arranques de la primitiva cubierta. Hasta el año 1892 fue el templo parroquia1 de Infiesto.
El templo fue destruido en 1936, quemándose también el retablo del siglo XVIII.

Hórreo

Casa Cobián

Iglesia de San Cipriano
La iglesia está documentada desde el siglo XVI, cuando era una ermita que estaba bajo el patronato de las monjas benedictinas de Santa María de Villamayor. Entre los siglos XVI y XVII pasó al gremio de los trashumantes, que traían los rebaños desde Castilla en el verano. La iglesia está situada en un punto estratégico donde confluían el Camino Real que venía de Castilla y el de Santiago. En origen era una sencilla ermita, pero más tarde fue ampliada (probablemente en el siglo XVIII). Sufrió un progresivo abandono a partir de la desamortización, hasta que fue incendiada en 1936, quedando desde entonces en estado de ruina y llena de maleza. También fue utilizada como polvorín o depósito de material bélico.
Tiene planta de cruz latina. Las cubiertas casi han desaparecido, pudiendo observarse los cuatro arcos formeros del crucero apoyados sobre pilastras. Fue desposeída en los años 70 de su espadaña y en el muro lateral este se aprecian los daños hechos para intentar extraer una ventana-hornacina.

Palacio del siglo XVIII en Infiesto, Casa de Argüelles. Construcción del siglo XVIII de planta rectangular y dos alturas que presenta en su fachada principal un gran arco de medio punto. Esta fachada destaca por su ordenada distribución de los vanos. En la planta superior se sitúan los balcones, también distribuidos de manera ordenada y el escudo familiar. Presenta un gran corredor en el muro meridional que fue añadido con posterioridad. 850m2. Jardín privado. 10 cocheras.

Santuario de la Virgen de la Cueva

Este santuario tiene la peculiaridad de que es la orografía y no la mano del hombre la que lo ha construido. Una cueva natural bajo una roca muy estratificada, con los estratos ganando altura de derecha a izquierda, dan cobijo a la Virgen de la Cueva y a las capillas que se fueron construyendo posteriormente. La imagen es una talla policromada de cedro del siglo XVIII, cubierta con un antiguo manto bordado, de unos 45 centímetros de altura. La Virgen tiene grabada en el pecho una «V», que algunos interpretan como la inicial de «Villanueva» por repetición en otras tallas similares. En 1985 fue restaurada por Juan José García Castañedo.

Los primeros datos, generalmente legendarios, suelen ser los que más antigüedad tienen, y este es el caso del Santuario de la Virgen de la Cueva. En la primera leyenda de la que se tiene conocimiento, el principal personaje es un noble portugués, prometido o esposo según las versiones de una dama asturiana, si bien la tradición no asegura nada. La época de los hechos no es fácil asegurarla con cierta exactitud, pero puede corresponder al segundo período feudal, poco después de constituirse la monarquía castellana. El legendario noble portugués viene a pelear contra los moros en nombre de Castilla, por lo que parece muy probable que el monarca castellano fuese su señor. De esta forma, la época de la leyenda puede situarse anterior a la concesión a Enrique de Borgoña del Condado de Lusitania, o sea, entre los siglos X y XI.

La leyenda es la siguiente: 
En aquella época, vivía en la zona piloñesa el señor de Lodeña, hombre piadoso y valiente. Se le apareció en sueños la Virgen María con otra forma a la que veía en la Iglesia y ante su sorpresa, contestó la Virgen diciéndole que la imagen con que la veía se la había dado ella a un monje muy santo y ascético, que vivía en las proximidades haciendo muchas y duras penitencias y que Ella deseaba que a esa imagen se le diese culto. Al despertar, el señor de la Torre de Lodeña, para asegurarse de la verdad o no de aquel sueño, pues de ser verdadero, debía de agradecer a la Virgen el favor que le había concedido, emprendió sus investigaciones, que vio satisfechas, puesto que, al pasar un día cerca de una caverna, creyó escuchar algo parecido a lloros y gemidos y, entrando en ella, encontró lo que buscaba.

La caverna de la peña formaba una gran cueva, con la entrada cubierta de maleza, espinos y rosales silvestres. En el fondo de ella y en un hueco tosco horadado en la piedra, vio el señor de la Torre de Lodeña la misma imagen que se le había aparecido en sueños y a un hombre postrado en tierra, vestido con un pobre sayal, demacrado y entristecido por las penitencias y la soledad. Reconoció enseguida en el anacoreta a su amigo, el noble y valiente guerrero portugués, que en otra época había visto pelear, a su lado, bajo las banderas del Rey de Castilla.

La historia del anacoreta la conoció el señor de la Torre de Lodeña enseguida. Hace algunos años, el noble portugués había dejado su tierra para pelear en el ejército castellano contra los árabes. El noble portugués venía en las huestes de un conde que tenía su castillo en las proximidades de Zamora, donde había dejado a su hija, la enamorada del noble portugués, con la que se debía casar al finalizar aquella campaña. Terminada ésta, volvieron el caballero y el conde a sus tierras de Zamora, y pronto vieron los torreones del castillo condal. La enseña condal no flameaba al aire, nadie salió a su encuentro y el castillo parecía como deshabitado. Al poco de penetrar en el castillo, se enteraron de que la hija del conde se encontraba en plena agonía, falleciendo al poco tiempo. Cuando enterraron a la bella dama, el caballero portugués salió solo, en su caballo hacia tierras de Castilla.

Y desde entonces se dedicó a una vida de meditación, oración y penitencia en el fondo de la cueva, transformándose poco a poco de audaz guerrero en hombre de sacrificio y oración. Una noche se le apareció la Virgen dejándole una imagen suya para que la tuviese físicamente ante sí lo que tan deseosamente buscaba con los ojos del alma.

Cuando su vida se agotaba y la Virgen que había colocado en una oquedad de la Cueva iba a quedar abandonada, para que no ocurriese esto, la Virgen María, tal como ya sabemos, se apareció al señor de la Torre de Lodeña. Este buen caballero, después de enterrar a su amigo, promovió ardorosamente el culto a la Virgen María, aumentándose después la devoción a Ella por los milagros que se realizaron en los fieles por intercesión de la Santísima Virgen que allí se venera, pasando a ser conocida como la Virgen de la Cueva. ​El primer registro histórico acerca del origen de santuario data del siglo XVI.

Luarca (Asturias)

 

Luarca y su puerto

Es una localidad de paso del Camino de Santiago y cuenta con albergue de peregrinos, situado en Almuña, a unos dos kilómetros de la villa de Luarca. Entre los lugares más visitados destacan el faro y el palacio del marqués de Ferrera



Palacio de Los Gamoneda

 Es una clásica construcción señorial urbana del siglo XVIII, perteneciente a la familia de los Gamoneda. Está situada en la ciudad española de Luarca, en el municipio asturiano de Valdés. Fue declarada Bien de interés cultural. Actualmente se utiliza como Oficina de Turismo. La casa fue propiedad de Juan Antonio Pérez Gamoneda y Casco Villademoros, primer marqués de Gamoneda, título concedido en 1765 por Carlos III de España a quien fue su secretario.

Es de destacar el blasón de la familia, encima del balcón central, uno de los más ostentosos que existen en Asturias. El edificio es de planta rectangular, con planta baja, piso y desván en el que su distribución espacial ha sufrido modificaciones para adaptarla a los nuevos usos.
Los vanos se ordenan simétricamente en la fachada principal, destacando el balcón central, situado en el primer piso, con repisa moldurada en voladizo y molduras de orejas: sobre él, un frontón mixtilíneo con pináculos y flanqueado por pilastras, alberga en su tímpano el escudo de armas, de grandes proporciones, con las armas de la familia Gamoneda.
Los muros originales eran de mampostería pizarrosa revocada y sillería arenisca en cadenas esquineras y vanos. La cubierta original era de lajas de pizarra a dos aguas con faldón sobre la fachada principal.
El edificio original ha sido demolido casi en su totalidad. Solo se ha conservado y restaurado, en la medida de lo posible, el escudo. En octubre de 2009, el ayuntamiento de Valdés acordó la compra del inmueble por un millón de euros a la familia propietaria, con la intención de abrir en el palacio un museo dedicado a Severo Ochoa, natural de Luarca. Hasta la compra, el palacio pertenecía a la familia Lombardía, quienes regentaban una fonda en la casa.

Cementerio

Casa consistorial

Iglesia Santa Eulalia
tiene un origen medieval. Existen pruebas documentales de su existencia fechadas en la primera mitad del siglo XII. De la primitiva construcción no queda nada, al destruirse por completo para levantar el actual templo entre 1873 y 1879.
Presenta planta rectangular. Dentro, acoge tres naves -la central más ancha que las laterales- , que se cubren con bóvedas de arista, al igual que el ábside. En el crucero la nave central culmina en cúpula sobre pechinas que no sobresle en cubierta, aunque así lo hace la linterna. Existe tribuna a sus pies.
Diez vanos proporcionan iluminación natural (cinco a cada lado), siendo seis de ellos semicirculares. En el exterior posee un pórtico con arquería de medio punto apoyada en pilares de buen grosor y cubierta adintelada, de cuya parte central arranca una torre camapanario de sección cuadrada. En la clave del arco central del pórtico figura la siguiente inscripción: "SE/INAUGURO/EL AÑO/1879". 

Faro

Las primeras noticias sobre poblamiento humano del actual territorio del concejo de Luarca datan del Paleolítico Inferior y Medio, concretamente del período cultural achelense, en cuyo transcurso se estableció por algún tiempo en el cabo Busto uno de los más antiguos pueblos que se asentaron en el norte peninsular. El lugar elegido era especialmente apto para la caza y la recolección, y sus moradores nos dejaron interesantes muestras de sus líticos utensilios diarios: bifaces, raederas, hendidores, etc. El yacimiento, uno de los más antiguos de Asturias, fue descubierto por José Manuel González; en 1992 el equipo dirigido por el profesor José Adolfo Rodríguez Asensio emprende una investigación sistemática de la zona del cabo Busto, que, según sus palabras, «posiblemente pueda aportar importantes datos en relación a los momentos de paso entre el Paleolítico Inferior y el Paleolítico medio». Los resultados de esas excavaciones arqueológicas recientes han puesto de manifiesto que estos lugares estaban ocupados por el hombre hace aproximadamente 50.000 años, en el periodo comprendido entre las dos primeras etapas paleolíticas. Otros testimonios, como el dolmen de Paredes o el menhir de Ovienes, permiten suponer que dicha presencia se prolongó a lo largo de la Prehistoria, continuando en época castreña —lo cual es avalado por la presencia de varios castros— hasta llegar a la dominación romana. Como afirman Mónica Díaz y M.ª Teresa Costales, «otros grupos humanos, probablemente desgajados del anterior [achelense], imprimieron sus huellas, en evolución hasta el Musteriense de tradición achelense, por Caroyas, playa del Bozo o Ribón, huellas que perviven durante los primeros estadios de la glaciación würmiense».
La colonización romana, explicable en gran parte por la riqueza aurífera de la comarca, supuso la adscripción de estas tierras al Conventus Asturum. Esta etapa histórica dejó constancia monumental y epigráfica a través de la estela funeraria de Ovienes y la lápida con inscripción dedicada a Júpiter, descubierta en El Rellón de Merás y actualmente desaparecida, que fue copiada del original por Rafael Díaz Argüelles en 1830.
En los siglos X y XI los monasterios consiguieron la administración total de un vasto territorio sólo en parte de su propiedad. La crisis social y religiosa que padeció Asturias después del traslado de la Corte a León quedó paliada por un apogeo monástico que tiene su momento culminante en el XI, centuria, asimismo, de auge religioso, que se traduce en un creciente fervor popular hacia las reliquias de San Salvador de Oviedo y en el incremento del peregrinaje a la Catedral ovetense y a Santiago de Compostela. En la baja Edad Media, la ruta costera del Camino se poblaba de peregrinos que atravesaban Luarca, un concejo jalonado por albergues y hospitales; la vía jacobea dejaba el término municipal cruzando El Ríu Barayu, éste con malatería próxima desde el siglo XIII.
Un acontecimiento clave en la historia del concejo es la concesión por parte de Alfonso X el Sabio, en la ciudad de Burgos, de la Carta fundacional de la Puebla de Valdés (concejo de Luarca), el jueves 29 de mayo de 1270; desde esa fecha quedan protegidos —por un Fuero o Privilegio real reconocedor de sus derechos— sus habitantes, que, sometidos hasta entonces a la ley del más fuerte, habían pedido con insistencia justicia al Rey porque «rescebían muchos males y muchos tuertos de caballeros e de escuderos y de otros homes malfacedores que les robaban e les tomaban lo suyo sin su placer...», de ahí que solicitasen un lugar «que toviésemos por bien en que poblasen y les otorgásen nuestros realengos». El lugar escogido para el emplazamiento de la puebla fue, en Luarca, el granero de Santiago de Arriba. Los límites territoriales fijados en el texto foral de 1270 casi coinciden con los actuales; la única modificación administrativa se produce a mediados del siglo XIX (Real Orden de 12-3-1851), momento en que se incorporan al concejo las parroquias de San Salvador de la Montaña, Boronas y Hervedosa, desgajadas del término municipal de Navia.
Fenómeno importante será durante los siglos XIX y XX (Edad Contemporánea) la emigración a América, especialmente a Cuba y Argentina, dando muestra de la riqueza de los que de allí regresaron las numerosas casas de indianos que se pueden contemplar en la villa y sus alrededores; algunos de ellos dejaron también una profunda huella benefactora.

Luarca, cuyo puerto contó con su primer dique en el último cuarto del siglo XIX, habría de experimentar, en palabras de Juan Fernández Pereiro, una auténtica expansión desde los años finales de esa centuria, «cuando los antiguos terratenientes van convirtiéndose en los empresarios locales cuyas inversiones irán generando un entramado económico más sólido y diversificado (banca, empresa de transportes, industrias de conservación del pescado, metalgráfica)».
El crecimiento deja huella en la fisonomía urbana a comienzos del siglo XX, colonizándose nuevos barrios (La Carretera de Galicia, Malabrigo).

Pero la contienda civil de 1936 vino a truncar dramáticamente ese estado de progreso. La ocupación de Luarca por las tropas nacionales se produjo transcurrido menos de un mes del Alzamiento (18 de julio): el general Mola entró en Luarca, procedente de Galicia, el 8 de agosto de 1936.

Tras una dura posguerra, marcada por la represión y el debilitamiento económico, el concejo comienza a «desperezarse», a mostrar síntomas de recuperación desde los años 50 y 60. Y en la historia local empiezan a acumularse datos y fechas para el optimismo: en 1956 se crea la Junta Municipal y Oficina de Turismo, una clara apuesta por un sector nuevo, que ya es uno de los principales pilares de la economía municipal; en 1962 se estrena el tramo Pravia-Luarca de la línea de ferrocarril Ferrol-Gijón, completándose en 1972 con el trayecto Luarca-Vegadeo; en 1969 se constituye la primera cooperativa democrática de Asturias: la agraria de Carcedo-Muñás, y al año siguiente, surge Valdés-SAT, una empresa lechera de base cooperativa, que acabó vendiéndose muy recientemente a Central Lechera Asturiana (CLAS); el nacimiento en 1970 del Certamen Nacional de Pintura Luarca, hoy, sin duda, el concurso pictórico y escultórico regional de mayor prestigio y renombre; las recientes mejoras en las comunicaciones, con la inclusión de la N-634 y N-632 en el I Plan Nacional de Carreteras; el cuarto lugar alcanzado por su sector pesquero en volumen de capturas...


San Martín de Oscos (Asturias)


Sus ríos más importantes son el Ahio, el Sotuelo y el Ferreira, desembocando los dos últimos en el primero, que a su vez vierte sus aguas en el Agüeira en Pesoz. Pertenecen todos ellos a la cuenca del río Navia y discurren por la zona septentrional. De su zona más fértil hay que mencionar al río San Martín o Candal, también afluente del Agüeira. Aparte de todos estos ríos, San Martín es tierra de numerosos arroyos y riachuelos que fueron aprovechados tiempos atrás en molinos y ferrerías.
















Palacio Mon

Este legendario palacio fue construido en varias fases a lo largo del siglo XVIII.

Palacio de estilo barroco asturiano con influencia gallega. Es de planta irregular, estructurado en torno a un patio central. La fachada principal, orientada al sur, presenta un cuerpo central, de menor altura, entre dos torres de planta cuadrada.

La torre de la derecha, orientada al SE., está construida a base de mampuesto y constituye el núcleo originario del palacio, posiblemente del siglo XVI, mientras que el resto del edificio, levantado a finales del siglo XVII o XVIII, fue construido con sillares.

La parte más significativa es el cuerpo central, donde se encuentra la entrada principal flanqueada por ventanas adinteladas. En el piso superior se colocan balcones en voladizo con balaustradas de hierro forjado y tres grandes escudos de armas, el escudo central, de mayor tamaño, representa el blasón de los Mon.

Las cubiertas son de pizarra, como es habitual en la zona, a dos y a cuatro vertientes.


El primer cuartel partido, representa sobre campo de azur, la Cruz de los Ángeles, como consecuencia de la dependencia obispal de su territorio.
El segundo cuartel partido, en gules, nos muestra una torre de la que sale un águila negra coronada por el cuerno de la abundancia, flanqueado todo ello por dos espigas a sus lados. Esto simboliza el poder ejercido sobre el territorio por el concejo de Castropol.
En el tercer cortado, observamos un guerrero que posee una espada en su mano derecha. En el centro aflora un árbol flanqueado por dos animales afrontados, y a su planta dos espadas colocadas en forma de aspas. También podemos ver en su zona siniestra como sale un brazo que empuña un sable. Este último cuarto representa la noble familia Mon.

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La historia del concejo de San Martín de Oscos presenta los mismos rasgos que los otros de la zona de los Oscos en la época prehistórica y la edad antigua y moderna hasta 1154, presentando una historia común con Santa Eulalia hasta el momento de la emancipación episcopal en 1584.

La primera presencia humana en territorio de San Martín se remonta al periodo neolítico, como así podemos aventurar gracias a los restos tumulares encontrados en Os Pedrousos (Teixeira). Así mismo aparecieron restos de antiguas explotaciones mineras en Arruñada, Piorno, Covas del Resalao, y los valles del Sotuelo y el Ahío.

Dentro de la edificación castreña hay que destacar los hallados en San Isidro y el Pico de la Mina, cerca de Bousoño situados ambos en zonas elevadas y con un claro motivo defensivo, encontrándose fosos, murallas y losas hincadas que demuestran lo anteriormente dicho. En relación con esta cultura, se encontró en Valderreixe una diadema realizada en oro y que es la diadema de San Martín de Oscos.

La existencia de minerales también atrajo a esta zona a gentes diversas con el fin de explotar sus minas, encontrándose en Tabladas y en la ribera del río Santalla restos de trabajos romanos relacionados con la fundición como los crisoles de piedra y los conos de escorias.

Durante la etapa medieval el concejo de San Martín conjuntamente con Santa Eulalia perteneció, gracias a la cesión realizada por el monarca Alfonso VII en 1154 a la iglesia de Oviedo, al gran concejo episcopal de Castropol. Los alcaldes episcopales de ambos concejos se presentaban a las juntas castropolenses en el campo de Tablado.

Esta situación de dependencia de la mitra continúa hasta 1584, año en el que gracias a la desamortización producida bajo mandato de Felipe II, y con la autorización del Papa Benedicto XIII, sus habitantes compran el territorio organizándose como municipio independiente y autónomo. Esta desamortización fue realizada por los gastos originados por las sucesivas guerras en las que estaba presente el reino español y que hicieron posible, gracias a la autorización Papal, la venta de los terrenos obispales a la gente del pueblo. El expediente de libertad comenzó en 1583, siendo un año más tarde cuando finaliza, alcanzándose entonces el título de villa.

De las épocas más actuales, hay que destacar la presencia en la guerra de la Independencia de numerosos mozos de los Oscos que se unieron a las tropas de Castropol, que se caracterizaron por su especial bravura y lucha por su territorio. En el siglo XX, la guerra Civil no tuvo incidencia directa en Los Oscos, más allá del reclutamiento de los varones en edad militar por parte del bando franquista.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Orlé (Asturias)

 

Según el INE en 2006 tenía 145 habitantes. Se encuentra a 4 km de Campo de Caso, la capital del concejo y tiene una superficie de 33,08 km².












La capital del Concejo es Campo de Caso, que está situado en la confluencia de valles rodeados por cimas como el Piqueru o la Peña El Casar. En Campo de Caso es donde se concentran los servicios administrativos y la mayor parte del pequeño comercio del Concejo.
Los principales recursos económicos del Concejo son los relacionados con el Sector Primario, ganadería y agricultura, aunque actualmente el Parque de Redes hace que el turismo se vea como otro recurso a tener en cuenta.
La riqueza campesina y cinegética del concejo se traduce en una cocina de alta montaña. Potes y guisos, patatas con jabalí, jabalí asado, platos de corzo, rebeco, cordero y cabrito. Son muy destacables las carnes (ternera asturiana -la vaca roxa, garantía de calidad-, cabrito, cordero), los embutidos, la caza (jabalí, rebeco, corzo, liebre), las truchas y el Queso Casín -de sabor fuerte y picante-.

En el apartado de postres hay que destacar tartas, flanes, arroz con leche, cuajada y una excelente miel.

ASTURIAS

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