Plaza de Requejo, monumento al Escanciador de Sidra e Iglesia de San Juan Bautista
Mieres es un concejo de Asturias, y capital del partido judicial homónimo. Limita al norte con Ribera de Arriba, Oviedo y Langreo, al sur con Lena y Aller, al este con Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana y al oeste con Morcín y Riosa. Cuenta con una población de 38 962 habitantes (INE, 2017).
Fue un importante centro de explotación de minas de carbón desde el siglo XIX, actividad actualmente finalizada. Hasta los años 1970 alojó también una importante industria siderúrgica. Su capital es Mieres del Camino, una localidad que aún hoy conserva parte de ese aire histórico de pequeña ciudad industrial.
Casa del Concejo (Ayuntamiento)La iglesia de San Juan original se encontraba en el núcleo de La Guareña hasta que una riada asoló el templo en 1670. Tras esto se construyó un nuevo templo románico que estuvo en el actual emplazamiento de la parroquia en el barrio de La Pasera, hasta su derribo en 1927. Cerca de este lugar aún se encuentra el cementerio municipal de Mieres. Un miembro de la familia Rodríguez-San Pedro encontró entre los escombros restos de la portada románica a punto de perderse (perteneciente al primitivo templo de La Guareña) y la llevó a Gijón, donde se conserva en el Palacio de los Condes Rodríguez Sampedro.
La iglesia, de imponentes dimensiones, fue construida en estilo neobarroco, con influencia herreriana. Consta de tres naves y en la fachada se abre un frontón neoclásico. La fachada de los pies está flanqueada por dos esbeltas torres rematadas con chapiteles bulbosos. El interior alberga un retablo de imaginería donado por el ilustre local Félix Granda Buylla.
Fachadas típicas en la Plaza del Requexu
Iglesia románica de Santa EulaliaLa iglesia de Santa Eulalia de Ujo (Santolaya d'Uxo en asturiano) es un templo de origen románico situado en la parroquia de Ujo, en el concejo asturiano de Mieres. Se emplaza sobre la vía principal del Camino de Santiago Real de Asturias.
La fundación de la iglesia se establece entre los siglos XII y XIII como mínimo, aunque de la iglesia original quedan hoy pocos restos debido a su demolición en 1922 por necesidades de mejora del trazado del ferrocarril. Se rescataron tres elementos pertenecientes a la fábrica original.
Santuario de los mártires Cosme y Damián
Dispuesto en una zona en pendiente, dominando el valle de Cuna sobre el que ofrece magníficas vistas, con una zona verde en derredor (con dos notables acacias) delimitada por un murete con banco al interior en buena parte del mismo, se alza el Santuario y, junto a él, la “Casa de la Novena”, en la que se conserva un limosnero popular del siglo XVIII.
El templo presenta una planta de cruz latina, con cabildo en tres fachadas y torre sobre los pies. La cabecera, que alcanza la misma altura de que la nave, es plana, con contrafuertes angulares. Los pórticos se apoyan en pies derechos de madera sobre muretes y enlazan con el piso bajo de la torre, que es circulable y se abre en tres arcos de medio punto. La torre, de planta cuadrada, tiene dos pisos con óculos en el primero y ventanas en el superior. La puerta de los pies se enmarca en una gran moldura de orejas.
San Cosme y San Damián Santuario Mártires Valdecuna - Insierto (Fot. Yolanda Suárez - AF Semeya)
San Cosme y San Damián Santuario Mártires Valdecuna (Fot. Yolanda Suárez – AF Semeya)
En el interior la nave es de dos tramos separados por arco fajón de sillería, se cubre con bóveda de cañón con lunetos, decorada con pinturas (muy oscurecidas por el reciente incendio) del siglo XVIII en primer tramo y del siglo XIX en el segundo. Se representan, entre motivos geométricos y florales, los símbolos de los santos mártires: palma de martirio, corona, almirez y vaso.
Estación de ferrocarril
Hotel
Castillete en Figaredo
Escudo de Mieres: Cortado; primero, las armas de Bernaldo de Quirós. Segundo, de oro, la rueda dentada de azur y maza y martillo también de azur, y cruzados; unos y otros en situación de faja; y en punta, ondas de azur y plata. Al timbre Corona Real.
La presencia humana en Mieres data de tiempos prehistóricos. Existen varios túmulos y castros en el concejo que confirman la presencia de poblaciones humanas anteriores a la ocupación romana. No obstante, las primeras noticias históricas importantes sobre este municipio se refieren a la presencia de Roma. La importancia que tuvo esta presencia en Mieres aún no ha podido ser determinada, ya que los restos arqueológicos que se conservan son insuficientes para ello.
La inscripción más relevante de la época que se ha encontrado en este concejo es la conocida como Lucius Corona Severus, dedicada a la memoria de un soldado de la Legio VII Gemina y descubierta en Ujo en 1870. Se conserva en el Museo Arqueológico de Oviedo, junto a otras piezas importantes como el ara de Nimmedo y la estela funeraria de Sulpicio Úrsulo, ambas encontradas también en Ujo.
Se sabe que Mieres fue para los romanos un importante lugar de paso entre Asturias y la meseta. Según estudios del profesor Juan Uría Ríu, la vía romana que unía Legio (León) con Lucus Asturum (Lugo de Llanera) atravesaba Mieres y Ujo. No se ha encontrado resto alguno de la época visigoda en el concejo.
Es a partir de mediados del siglo IX cuando comienza a aparecer el nombre de Mieres con relativa frecuencia en los documentos de la época. En este siglo ya se tiene constancia de la existencia de algunos pequeños núcleos de población en el territorio del concejo, en el entorno de diversas posadas e iglesias.
En el año 857, Ordoño I, rey de Asturias, hace una donación de la iglesia de San Juan, en las proximidades del río Aller, a la iglesia de San Salvador de Oviedo y, tres años más tarde, el mismo monarca hace una donación de la iglesia de Santa Eulalia de Ujo (Santolaya en Uxo) a Fruminio, obispo de León.
En 1103, Alfonso VI dona a la iglesia de San Salvador de Oviedo la villa de Baíña, con la condición de edificar en el monte Copián una alberguería. Esta alberguería fue donada por Alfonso VII al conde de Luna, Gonzalo Bermúdez, en el año 1139. El mismo Gonzalo Bermúdez dona Aguilar (en el monte Copián) y las villas de Lloreo y Baíña a la catedral de Oviedo en 1143.
En 1266, Alfonso X otorga fuero al concejo de Lena, quedando incluidos los territorios de Mieres dentro de los límites lenenses.
Mieres figuró desde la Edad Media en la Ruta Jacobea, siendo un importante lugar de paso para los peregrinos que se dirigían hacia Santiago de Compostela haciendo parada en Oviedo. De ahí el nombre de su capital: Mieres del Camino.
Durante la Guerra de Independencia, el mierense Fernando de Cosío organiza las primeras guerrillas, que junto a las tropas del brigadier Manglano combaten al ejército napoleónico y le hacen retroceder hacia León.
En 1836, durante la regencia de María Cristina, Mieres se constituye como ayuntamiento independiente del de Lena, ya que la unión de estos dos concejos nunca había llegado a efectuarse de facto.
A mediados del siglo XIX, se establece en Mieres la “Asturian Mining Company” empresa minera de capital inglés, y el empresario francés Numa Guilhou funda Fábrica de Mieres, lo que provocará que el concejo pase de una economía predominantemente agraria y ganadera a ser uno de los principales centros industriales de la época, lo que producirá grandes cambios políticos y sociales en todo el concejo.
La producción de la industria mierense alcanza su punto álgido durante el primer tercio del siglo XX, lo que provocaría un gran aumento de la población y, parejo a esto, la formación de las primeras asociaciones obreras del concejo, como la Juventud Socialista de Mieres (1905). Los conflictos laborales más importantes sucedieron en las huelgas 1906 y 1917, ambas sofocadas con una fortísima represión y gran cantidad de despidos.
Durante la revolución de 1934, Mieres fue uno de los principales centros revolucionarios y núcleo del estallido. Al grito de "Coyones y dinamita" los obreros asaltaron los cuarteles de las fuerzas de seguridad y se organizaron para tomar la ciudad de Oviedo. Muchos fueron encarcelados o perecieron en la represión llevada a cabo por el gobierno de la república.
En las elecciones de 1936 la voluntad de Mieres fue un 49,33% de votos para el gobierno del Frente Popular. Mieres, antiguo bastión tradicionalista de Asturias, había pasado a apoyar a las izquierdas tras su intensa industrialización debido a la proliferación de población obrera en el concejo, si bien algunos movimientos izquierdistas y sindicales como el anarquismo que en otras regiones de España había tenido influencia en la sociedad (Aragón, Andalucía, Cataluña) en Mieres despertaba por lo general un ambiente de repudia siendo la población obrera mucho más favorable al modelo estalinista de la URSS.
La Guerra Civil de 1936 dejará la cuenca en la zona republicana, aunque con una notable presencia rebelde en algunas zonas como Ujo, donde se organizó un consejo falangista. Las organizaciones obreras jugaron un gran papel cayendo en 1937 y con la caída del frente republicano en Asturias cayó el concejo de Mieres. Terminada la guerra aún continuarían algunas partidas guerrilleras como las de los hermanos Morán. El número de mierenses que acudieron a Rusia con la División Azul es notable, siendo el lugar de Asturias desde el que más voluntarios partieron.
Tras los durísimos años de la posguerra, las décadas de los cuarenta y cincuenta supusieron una reactivación de la economía, hasta llegar a los años sesenta, años marcados por la profunda crisis.
El tejido industrial fue recuperando el pulso tras la posguerra pero, a partir de los años sesenta, la siderurgia y la minería entran en declive, ya que Fábrica de Mieres es desmantelada y la extracción del carbón se muestra prácticamente inviable, lo que provoca el cierre de muchas minas y la consiguiente pérdida de empleos.
Actualmente tienen plantas en el concejo importantes industrias. Multinacionales como Thyssen y empresas españolas como Duro Felguera.
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